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Recordemos que anteriormente en Alas el protagonista decide aprovechar la mañana junto a su mejor amigo con el que comparte la extraña aparición del colgante y se da cuenta de que los enigmas sobre él cada vez se vuelven más numerosos .Las cosas se hacen aún más interesantes cuando este choca repentinamente con cierta persona.
Perdonar mi tardanza estuve demasiado ocupada .
Espero que lo disfrutéis, no dudes en dejar un comentario sobre lo que os ha parecido. un saludo :)
Espero que lo disfrutéis, no dudes en dejar un comentario sobre lo que os ha parecido. un saludo :)
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Jake nos observaba desde lejos. Los dos tirados en
el suelo y yo intentando mantener las distancias. Esa vez no hubiera sido capaz
de saber de qué tono eran sus ojos pero
ahora que los tenía a unos pocos centímetros podía afirmar que el marrón
chocolate que llenaba sus ojos de pura calidez esa noche era tan oscuro que
parecía ser negro.
-¿Te podrías
quitar de encima?- Se dibujó una sonrisa en sus labios, algo tensa pero a la
vez divertida. Me sentí estúpido por no haberlo hecho ya en vez de estar ahí
analizándola.
-Eh… ¡si si!
perdona, ¿te has hecho daño? - Me levanté y me frote la nuca con la mano algo
avergonzado.
Cuando ella se
levantó pude observar que su cabello era del mismo tono que sus ojos. Además ,
parecía fijo y suave. Se sacudió la ropa para quitarse la arena de encima.
-No, está bien,
fue también culpa mía por ir en las nubes-sonrió sutilmente-Por cierto, ¿no nos
hemos visto antes?
Su pregunta me
pilló totalmente desprevenido y no sé por qué pero le respondí que no y lo hice rápidamente largándome de allí con la excusa más
estúpida que encontré. Jake no paró de
hacer preguntas y la verdad rondaba en mí un sentimiento algo incómodo. Le dije
que no conocía a esa chica de nada y eso valió para poner punto y final al interrogatorio.
Cuando llegue a
casa dejé las llaves encima del mueble de la entrada y Arua empezó a maullar y
a darme en la pierna con su pata. Estaba esperando su comida. Cuando abrí la
nevera él vino rápidamente y con los ojos muy abiertos y todos sus sentidos
felinos activados estaba al acecho, esperando que le diera su loncha de jamón
york diaria. Le encantaba así que yo sacaba provecho de la situación para poder
jugar un rato con él.
-salta, Arua- la
loncha bailaba unos centímetros por encima de su hocico, la alejaba y la
acercaba. Él me golpeaba la mano con la pata para que dejara de jugar con su
comida mientras maullaba y se lanzaba a por ella.
Ese era el único
momento del día en el que podía jugar con él porque me hacía caso. Las horas
restantes se las pasaba durmiendo o siendo esquivo. Dejé unos tacos de paté en
su plato antes de irme a la habitación no sin antes darme una larga y relajante
ducha de agua caliente.
Cuando me tiré
encima de la cama algo se clavó en mi muslo y metí la mano en el bolsillo
intrigado.Había olvidado por completo que el colgante estaba ahí. Gélido al
tacto, pero espera, ¿ por qué cuando lo saque en el parque estaba caliente?. Me reí por dentro pensando “ sí que es raro
este colgante, primero aparece de la nada y después cambia de temperatura así porque si “.Lo observé detenidamente como
esperando que el hacerlo me trajera alguna respuesta pero no, nada sucedió así
que decidí ponérmelo para no perderle.
-¡Aram!-me gritó mi
madre desde la cocina-¡a comer!
Estaba intentando abrir la puerta con el codo
mientras me colocaba la cadena en el cuello, intentando hacerlo todo a la vez y
cuando la puerta se abrió y el enganche
del colgante se cerró sobre mi nuca sentí un zumbido estrepitoso en mis oídos y
una repentina embestida que me hizo caer al suelo aturdido.Me levanté y caminé hacia la cocina.
Ahí estaba mi “querida”
familia , reunida en la mesa, demasiado amplia para mentes tan estrechas. Mis
padres presidiéndola uno en cada esquila y mi hermana en un lateral, callada
como siempre, mirando del plato a la televisión y de la televisión al plato.
Era una comida con extraños como lo había sido desde que tengo memoria. Jamás
me hablaban si no era para hacerme algún reproche o reírse de mí. Así eran
ellos y mi hermana una simple espectadora de la actuación de circo.
Había deseado
tantas veces irme lejos de allí que casi se había vuelto un deseo angustiante
que no me dejaba respirar.